sábado, octubre 25, 2008

Amar

30º Domingo del tiempo ordinario

26.10.08

Lecturas

Ex. 22, 20 – 26

Sal 17

1 Tes. 1, 5 – 10

Mt. 22, 34 – 40

Celebrar la vida que Dios nos ofrece, y aprender a caminar bajo su amparo, es el mejor de los regalos, y la más bella bendición que podemos descubrir en nuestra vida. La Iglesia hoy se esfuerza por mostrar el rostro de un Señor que ama a sus creaturas, y nuestra tarea como hijos y discípulos suyos, es hacer realidad este sueño de Dios. Las lecturas hoy nos quieren mostrar parte de ese sueño de Dios traducidos en sus mandatos y Palabras. Miremos con atención y abramos el corazón.

El libro del Éxodo, que narra la travesía del pueblo de Israel por el desierto al salir de Egipto, hoy nos habla de parte de la sociedad que de seguro era mirada en menos, o discriminada por sus pares. Nos habla de los extranjeros, viudas, huérfanos y pobres; todos ellos protegidos por Dios, pero en la sociedad israelita, y también en la de hoy, despreciados y pisoteados sin compasión. El texto, presenta esta protección a ellos como un mandato a cumplir, y advirtiendo que quienes no los respeten y cuiden, recibirán de Dios el correctivo que se merecen. Dios, que siente compasión por los más débiles, no dejará que se cometa injusticias y que éstas queden impunes ante Él. Estas leyes tan solidarias con el prójimo más desamparado, no siempre han sido respetadas… y hoy sin duda ellos son los que se llevan el peso del poder de algunos. ¿Qué haces tú al respecto?

El evangelio de Mateo, nos cita en boca de Jesús las leyes del Antiguo Testamento: Amar a Dios y al prójimo. Simple y sencillo, pero tremendamente difícil de aplicar. No hay que ser muy crítico para darse cuenta que no estamos en la mejor de las temporadas del cristianismo; que pese a vivir 2000 años después de que estos mandatos volvieran a sonar en la boca de Jesús, aún no los podemos vivir de verdad y a cabalidad. Amar… que mal henos entendido el concepto; lo reducimos, lo ocupamos para ponerlo en adjetivos de cuantas cosas se nos ocurren.

Hoy, necesitamos purificar nuestros conceptos, y mirarlos a la luz de lo que Dios nos quiere enseñar. Amar, no es otra cosa que entregarse al ser amado, poniéndose en su lugar, viviendo como Él, conociéndolo… ¿cómo hago esto con Dios? Y ni hablar del prójimo, que se reduce a mi círculo más cercano. Nos falta mucho para decir de verdad que amamos con todo el corazón a Dios y a nuestro prójimo. ¿Cuál es el principal mandamiento? Respóndetelo claramente, y mira si has sido fiel a Dios.

sábado, octubre 18, 2008

Imagen e historia

29º Domingo del tiempo ordinario

19.10.08

Lecturas:

Is. 45, 1. 4 – 6

Sal. 95

1 Tes. 1, 1 – 5

Mt. 22, 15 – 21

Este fin de semana las lecturas nos quieren acercar al tema del reconocimiento de Dios y del lugar que ocupa en nuestra existencia, en la del pueblo de Dios y personalmente en el corazón de cada uno. No tenemos que perder tiempo en esa búsqueda, ni reemplazarlo por otros, sino seguir adelante con nuestro discipulado.

Isaías tiene muy claro que Dios se vale de los hombres para realizar su bondad, e incluso de algo que puede parecer malo a los ojos de los hombres, es capaz de sacar algo provechoso a la larga. Ciro, el rey persa, ha tomado posesión de muchos lugares en donde ha extendido su imperio, entre ellos, ha llegado hasta Israel, que estaba en el destierro babilónico, y bajo una orden del rey Ciro, vuelven a sus tierras devastadas luego de la desocupación. El profeta, remarca que las cosas no pasan solamente porque si, sino más bien para demostrar que el Señor es Dios, y por ello, las afirmaciones finales sobre la soberanía del Señor, que lleva el curso de toda la historia.

Pablo le habla a la comunidad de Tesalónica sobre la elección de la que han sido objeto, y de cómo la constancia ha dado frutos también entre ellos; por ello, anima a que sigan por esas sendas de santidad y den muchos frutos en su vida cristiana.

El Evangelio de Mateo, hoy nos habla de una de las disputas entre fariseos y Jesús; los primeros, siempre buscando sorprenderle en alguna afirmación comprometedora que le signifique entrar en terreno difícil, en este caso, con la autoridad por el cobro de impuestos para el César. Jesús que sabe sus intenciones, les responde con una respuesta que seguro no esperaban: “den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”… Jesús quiere en definitiva centrar a sus interlocutores respecto del verdadero sentido del hecho de ser parte de Dios. La imagen del ser humano, es la de Dios, y por ello no debemos alejarnos de él, sin dejar de cumplir las obligaciones terrenas. La respuesta sabia de Jesús es la que nos hace descubrir la imagen que llevamos cada uno.

Puntos de reflexión:

- Cultura de la imagen: Este es un punto que sale a flote en las lecturas a raíz del Evangelio proclamado. Hoy, más que nunca vivimos una cultura marcada por las imágenes y lo que proyectamos. En el Evangelio, sin duda la imagen del Cesar en la moneda, era símbolo de poder, y por ello, influencia. Jesús al decirnos que hay que dar a cada uno lo que corresponde, nos llama fuertemente la atención respecto de qué es lo que hemos hecho con la imagen de Dios que llevamos cada uno… imagen única e irrepetible. Hoy tenemos muchas imágenes a nuestro alrededor… la de Dios, ¿dónde está?

- Dios, Señor de la historia: Probablemente Ciro nunca se enteró en vida terrena que Dios le utilizaría como instrumento para hacer que su pueblo elegido volviera a la tierra prometida. Y el César jamás pensó en que su imagen grabada en las monedas pasarían… y sin embargo, ambos quedaron solo como parte de la historia de la humanidad, como parte de la historia de un pueblo, nada más… Dios trascendió a ambas historias, y se nos revela todavía más, porque está sobre esa historia que alcanzamos a captar. Que importante hoy que vivamos descubriendo en nuestra historia personal, a este Señor que todo lo contiene y sostiene.

Le pedimos a Dios este fin de semana, reconocerlo en cada uno de nosotros, en nuestros hermanos; le pedimos al Señor de la historia, que siempre tengamos la sensibilidad para sobreponernos a las cosas que vivimos y sacar de ella el sentido original de nuestra frágil condición y creación.

sábado, octubre 04, 2008

Frutos de vida eterna

27º Domingo del tiempo ordinario

05.10.08

 

Lecturas

Is. 5, 1 – 7

Sal. 79

Flp. 4, 6 – 9

Mt. 21, 33 – 46

 

            Hoy nos reunimos ante la Palabra del Señor en esta celebración y nos atrevemos a mirar el trabajo de la viña del Señor, a la que se nos ha estado invitando las últimas tres semanas. Las lecturas de hoy son críticas y claras respecto de la administración que el pueblo ha hecho de ella, y por esto, las lecturas debemos leerlas en clave propositivas, como una invitación a abrirnos al trabajo atento y leal, para no ser expulsados de ese trabajo de Dios propuesto.

            Isaías nos hace retomar el tema de la imagen de la viña para hablar de la relación de Dios con el pueblo de Israel; la viña del Señor, la que Él ha plantado con cuidado, cariño, preocupándose de que tenga buena tierra, sin piedras, de cepas escogidas… pero a pesar de todo el cuidado y atención, no produce los frutos esperados… solo da frutas agrias: el Señor se pregunta ¿Qué mas se podía hacer por mi viña que yo no haya hecho?... Por ello, la sentencia es fuerte: derribaré su cerco para que sea pisoteada, no será podada ni caerá agua sobre ella…

            Pablo en la carta a los Filipenses, invita a la comunidad a no estar angustiados y abandonarse a la oración y acción de gracias en todo momento para alcanzar la paz de Dios que supera todo lo imaginable. Además, nos invita a tener sentimientos nobles, verdaderos, justos, puros, amables y dignos de honra… Hacer notar que la paz aparece mencionada dos veces, lo que demuestra que ese era el deseo de Pablo para esa comunidad, convulsionada talvez por problemas internos.

            El Jesús que nos muestra Mateo no se cansa de hablarnos del trabajo en la viña del Señor; hoy, una nueva parábola – que en contenido del mensaje se parece mucho al texto de Isaías – nuevamente nos pone en alerta respecto del tema: hablando a los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo les habla sobre el cuidado de una viña en donde los trabajadores no hacen bien su trabajo, y terminan matando a los enviados del señor del  viñedo, incluyendo a su propio hijo… la crítica va dirigida a los dirigentes de Israel, que no han sabido administrar convenientemente esa viña confiada a Dios – el pueblo de Dios – haciendo que peligre la permanencia al cuidado de ella para ser entregada a otros trabajadores más fieles. Claramente nos habla el texto sobre la fidelidad y la administración de las cosas de Dios, sabiendo que solo somos servidores, no los dueños de ella.

 

Idea para rezar:

-         Dar frutos: Es lo más lógico que se deduce al leer las quejas de Dios en las lecturas proclamadas… ¿porqué si Dios lo ha hecho todo bien nosotros no hemos podido estar a esa altura? La respuesta puede estar plagada de excusas: que no sabemos bien, que no conocemos a Dios, que nos preocupamos por otras cosas… en fin… ¿Qué frutos doy hoy?, ¿amargos, dulces? Pablo nos da varios ejemplos en la oración que nos propone.