sábado, junio 27, 2009

Dejándonos sanar y resucitar por el Señor

13º Domingo del tiempo ordinario
28.06.09

Lecturas
Sab. 1, 13 – 15; 2, 23 – 24
Sal. 29
2 Cor. 8, 7.9.13 – 15
Mc. 5, 21 – 43

Las lecturas de hoy nos ofrecen una visión de la misericordia de Dios, y de nuestro camino como hijos suyos. Nos hablan de sanar, porque para eso vino Jesucristo, para que bajo su contacto sanemos y tengamos vida en su nombre. Miremos las lecturas.
El libro de la Sabiduría, nos dice que Dios no ha creado la muerte como tal, que él nos ha creado para que subsistamos… las creaturas son saludables, la muerte no domina la tierra, y el hombre ha sido creado para ser incorruptible. El demonio ha sido quien ha introducido la muerte como herida del pecado; su envidia nos quiere separar del Señor, y es esto lo que el hombre debe comprender y entender para luchar por estar en vida delante de Dios. Si bien la muerte se asocia con lo físico, acá se mezcla con lo espiritual, haciendo que ambas queden ligadas a la suerte de los seres humanos. El texto pone el acento en lo significativo de la vida que Dios nos ha dado: incorruptible.
La segunda carta de Pablo a los Corintios, nos habla de la generosidad de Cristo para con nosotros, que siendo rico se hizo pobre. Nos dice que no se trata de que a costa de la riqueza de algunos otros pasen necesidades, sino más bien de que haya igualdad en todo. Las necesidades de las comunidades sin duda son parecidas a las que hoy viven muchos, y en eso Pablo quiere que se sensibilice la comunidad de Corinto, en donde realizaba colectas para ir en ayuda de otras comunidades más necesitadas.
El Evangelio de Marcos nos recuerda el poder sanador del Señor en su paso por las orillas del lago de Genesaret. Sana a la hija de Jairo, un hombre poderoso, en el trayecto a la casa de Jairo, una mujer queda sanada, y durante ese instante, muerta ya la niña de Jairo, Jesús la resucita. Si la semana pasada leíamos cómo Jesús dominaba los eventos de la naturaleza, ahora lo vemos dominando la enfermedad y la muerte… los bastiones que hacen que el ser humano se quiebre y no tenga más que hacer.
Qué podemos concluir de las lecturas de este fin de semana?
1.- Que Dios ha hecho al hombre para una vida nueva e incorruptible, en donde la muerte y la enfermedad no tienen cabida.
2.- Que Dios ha venido para ayudarnos a sanar como personas, en todo ámbito.
3.- Que Dios quiere que vivamos, que busquemos la vida y todo lo que pueda favorecer este encuentro: solo en Él encontramos esa vida que necesitamos.
4.- Vivir lejos de Dios es sinónimo de “enfermarnos”… por ello espiritualmente se nos invita a acercarnos a su presencia sanadora.
5.- ¿Dónde vamos a curar hoy nuestras enfermedades?, ¿Cómo enfrentamos nuestras muertes?... Dios nos regala vida y gracia, ¿En qué la utilizo?

Acerquémonos a Dios para sanar y resucitar de nuestras muertes y enfermedades. Amén.

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