sábado, julio 25, 2009

Alimentarse en el Amor

17º Domingo del tiempo ordinario

26.07.09

Lecturas

2 Re. 4, 42 – 44

Sal. 144

Ef. 4, 1 – 6

Jn. 6, 1 – 15

Hablar de alimentarse, en la vida espiritual, no hay duda que está asociado a la vida de sacramento y por ello, Dios nos ofrece ese alimento. En la Iglesia, así lo hacemos principalmente. Las lecturas hoy nos dan esa visión, sobre cómo Dios nos alimenta y cómo formamos su Cuerpo.

El libro segundo de Reyes nos habla de una multiplicación de panes, sin duda parecidos a los textos del Evangelio. La idea de este texto de 2ª Reyes, es la misma que la del Evangelio… Dios alimenta, y no se agota como comida, siempre sobra para quedar saciado de él. El profeta, al igual que Jesús, da de comer a la gente y ésta sobra incluso.

Pablo en la carta a los Efesios nos invita a conservar la unidad en Dios. El comportamiento adecuado a esa realidad, también es necesario para vivir unidos en un solo cuerpo, un solo espíritu, en una fe… La caridad mutua será la garantía para lograr esa unidad a la que somos llamados por vocación.

El signo de la multiplicación de los panes en el Evangelio de Juan, es un texto muy bello en el capítulo 6, que contiene todo un itinerario para llegar a presentar a Jesús como el Pan de Vida. El texto, sin duda es una muestra de la misericordia de Dios que se da de alimento a los que lo siguen. El milagro se realiza gracias a que un niño comparte lo que tiene para alimentarse… solo eso basta para que Jesús muestre el signo de su poder. El signo, no hay duda que debió impactar tanto a la multitud, que llegan a aclamarlo, y quieren proclamarlo rey. Jesús, nuevamente se va a la montaña solo.

Aprendizaje de la Palabra:

- Dios es nuestro alimento: Eso lo sabemos, pero tenemos que tener conciencia de que el Señor quiere alimentarnos cada día con su presencia a través de los sacramentos, especialmente cuando somos parte de esa multitud que lo busca, que lo sigue por diferentes motivos. La Eucaristía, sin duda es lo más cercano a esa multiplicación de los panes que nos narran tanto el Evangelio como el segundo libro de Reyes. No dejemos de sorprendernos de ella.

- La caridad como el gran signo de este fin de semana: Un dato importante que arrojan las lecturas, es el tema de la caridad. Pablo lo menciona en el texto de los Efesios, y un niño lo encarna sublimemente en medio de una multitud en el Evangelio. No hay duda que el amor es el alma del cristianismo, y debiera ser nuestro nombre más visible.

Demos gracias a Dios por darnos ese alimento, y por entregarnos el amor, su propia esencia para vivir nuestro discipulado. Amén.

sábado, julio 18, 2009

Pastoreados y comunicados con Dios

16º Domingo del tiempo ordinario
19.07.09

Lecturas
Jer. 23, 1 – 6
Sal. 22
Ef. 2, 13 – 18
Mc. 6, 30 – 34

El vivir en una comunidad cristiana, siempre demandará tiempo para dedicarle. Y eso el Señor lo sabe perfectamente. ¿Quién es el Pastor de nuestras almas? Jesús es quien se compadece de la multitud. Hoy como ayer, cuesta poco extraviar el camino, y eso el Evangelio lo refleja al mostrar la búsqueda espontánea de la multitud que sigue a Jesús.
El profeta Jeremías nos presenta una dura sentencia dirigida a la clase sacerdotal de Israel, que no ha apacentado al pueblo; la crítica se centra en que no han sido justos básicamente. Y es por ello que Dios aparece como el gran justo, que hará justicia con quienes no han sido pastores como debiera ser. Y además está la promesa de salvación de suscitar un germen justo entre ellos, para que sea verdadero rey, prudente, justo. Es ese pastor el que esperan para su redención. Abandonarse, tal cual como lo indica el Salmo 22 es la clave.
Pablo en la carta a los Efesios nos recuerda que Cristo ha unificado a este pueblo disperso en uno solo: no vivimos separados desde que Cristo ha redimido a los hombres. Es quien nos ha dado y traído la paz, porque solo así tenemos acceso al Padre. Cristo es el gran unificador del pueblo de Dios.
El Evangelio de Marcos nos cuenta un pasaje de la vida de Jesús con sus Apóstoles. Acá Jesús invita a los suyos a pasar un momento a solas con Él. Luego de trabajar pastoralmente, es necesario cargar las pilas junto al Maestro. Luego de la misión, les llama, para hablarles al corazón. Es en ese contexto cuando la multitud se percata de que no están, comienzan a seguirles, como reconociendo la necesidad de estar cerca de Jesús. Allí el Señor se da cuenta de la necesidad y se muestra triste, porque van como ovejas sin pastor: Y les enseña.

Aprendizaje de la Palabra:
- Somos un pueblo pastoreado por Dios y sus pastores: Las lecturas de hoy, se parecen más bien a las del Domingo del Buen Pastor, pero es bueno poner el acento sobre este tema, porque dentro de la vida pastoral de cada comunidad, es bueno saber que no estamos solos. Como discípulos, no estamos solos, tenemos un pastor que se preocupa por nosotros a través de pastores que nos regala.
- Dios nos habla al corazón, a solas: Que importante es rescatar este elemento que ofrece la Palabra este fin de semana… estar a solas con Dios, o sea, silenciar nuestro bullado mundo y abrir el corazón para hablar con Dios, que quiere que descansemos en Él. ¿Hace cuanto que no le hablamos?, ¿Hace cuanto que no le escuchamos? Interesante propuesta la del Señor.

sábado, julio 11, 2009

Profetas y testigos veraces

Homilía del 15º domingo del tiempo ordinario
12.07.09


Lecturas
Amos 7, 12 – 15
Sal. 84
Ef. 1, 3 – 14
Mc. 6, 7 – 13

No Hay duda de que Dios quiere que seamos testigos suyos, testigos comprometidos y veraces por sobre todo. No hay duda de que ello puede ser toda una aventura, y un desafío lograrlo. Un punto alto en las lecturas es el hecho de reconocer una misión que no es nuestra, sino un encargo que cumplir. Meditemos con las lecturas.

La primera lectura, tomada del profeta Amós, nos habla de su vocación, de cómo el sacerdote del templo de Betel (Amasías), en donde Dios le ha enviado a profetizar, lo echa desde el reino de Israel, para que se vuelva a Judá (su tierra). En el reino de Israel, la corrupción estaba casi institucionalizada, y por eso Dios envía a este profeta, que no es de familia profética, y que por lo mismo, no tiene nada que perder en decir la verdad. En Israel, encuentra incomprensión y desaprobación frente a su ministerio de anuncio y denuncia. En ese contexto, el texto de hoy, en donde leemos como claramente el sacerdote Amasías lo echa del santuario, diciéndole “Vete de aquí vidente… gánate allí la vida…” que “ese es un santuario del rey, un templo del reino”… A ese nivel la corrupción, o sea, si quiere ser profeta, debe decir lo que el rey quiere escuchar, lo que la gente del reino quiere oír. Como Amós no es profeta que se venda, le aclara que su vocación no es de “profeta”, sino que era pastor de un rebaño. Eso lo deja libre del “sistema” y logra ver las cosas desde Dios, como debe hacerlo un profeta.

La segunda lectura de Pablo a los Efesios, tiene como norte el alabar a Dios por Cristo, en quien nosotros hemos recibido toda clase bienes espirituales y celestiales. En Él hemos sido escogidos para ser santos ante Dios. Ese don de Dios es lo que quiere compartir con cada uno de nosotros.

El Evangelio de Marcos quiere mostrarnos el ministerio que Jesús les encomienda a los discípulos; es un texto lleno de significado. Anteriormente, el Señor ha sido rechazado por los suyos (“Un profeta solo es despreciado en su familia…”). La semana pasada, veíamos como el rechazo se hacía evidente en su propio pueblo; hoy vemos como Jesús envía a los suyos a anunciar la salvación a todos. El anuncio principal es a la conversión, que vendrá acompañada de gestos de misericordia; y la forma principal es ir desprovisto de todo tipo de seguridades. Ese es el modo de anunciar el reino a quienes quieran escuchar el mensaje de salvación del Reino de Dios. La misión es de todos, y vamos sin duda con el mejor de los envíos.

Aprendizaje de la Palabra:

- Libertad frente a los hombres para hablar de Dios: La impactante primera lectura, debe hacernos caer en cuenta que por nuestra vocación profética, ninguno de nosotros se debe al mundo, que no quiere escuchar hablar de Dios. En este texto podemos leer algunos rasgos proféticos, como el hablar de parte de Dios, el denunciar las cosas injustas a los ojos de Dios, el hablar siempre en nombre de Dios, y no el propio… esas cosas quedan más que claras en el texto de Amós este fin de semana. Nosotros debemos aprender de la respuesta de Amós, y librarnos del “que dirán si…” que nos paraliza y nos hace hablar otras cosas, que no siempre son de Dios. En la libertad de hijos de Dios, nosotros tenemos una vocación increíble y llena de aventuras junto al Señor. ¿En donde soy profeta? Nos preguntamos; ¿Qué es lo que hablo como profeta?, ¿qué actitudes tengo de profeta? Libertad frente a los hombres, y dependencia de Dios son las claves para respondernos a estas preguntas.
- Acogida personal del mensaje de salvación: Hay algo que salta a la vista claramente en las lecturas este fin de semana, y es la acogida del mensaje del Señor. Pablo habla de pura gratuidad de parte de Dios Padre; Jesús habla en el Evangelio de ir a anunciar a quien quiera acoger el mensaje de salvación. Esta es una de las premisas en las lecturas: la gratuidad en aceptar la salvación de Dios, y nosotros, nuestra disposición para hablar de parte de Dios.

Pidamos este fin de semana poder avanzar como profetas del Señor en su difusión del plan de salvación y tener la humildad de aceptar su salvación en nuestra historia. Amén.