sábado, agosto 20, 2011

Confianza y seguimiento de Dios

21º Domingo del tiempo ordinario
21.08.11
Lecturas
Is. 22, 19 – 23
Sal. 137
Rom. 11, 33 – 36
Mt. 16, 13 – 20

Las lecturas de hoy nos muestran la riqueza y misterio del llamado del Señor cuando invita a seguirle: por algún motivo, Dios se fija en seres humanos frágiles y débiles para encomendarles tareas de fe y amor que traen consigo la consagración de la vida del llamado. La pregunta por Quien es Jesús, trae una labor encomendada a Pedro.
El profeta Isaías nos presenta a Eliaquim, un mayordomo escogido por el Señor para cuidar la casa de Judá y los habitantes de Jerusalén. El anterior no hizo su trabajo como correspondía, y por ello el Señor lo rechaza. Las luchas de poder entre los israelitas, hacía que muchos caudillos aparecieran con hambre de gobernar casi a la fuerza, y eso el Señor lo rechaza. Es Él quien escoge a los que tienen las llaves para “abrir y cerrar”… Es la confianza la que el Señor regala, es ella la que hay que aprender a merecer… Muchos exégetas ven en esta promesa la venida del futuro Mesías, al ser Él a quien se le confiará la Casa del Padre. El que se diga que Dios pondrá la llave de la casa de David en otro, nos indica este anuncio mesiánico. También se puede descubrir detrás del texto la fragilidad humana que puede llevarnos a pecar, y por ello perder la confianza del Señor para realizar las tareas que se nos han encomendado.
La Riqueza y Sabiduría del Señor son impenetrables, con caminos hasta incomprensibles a veces… el hombre no puede llegar hasta ellos si no entrega su corazón fielmente. ¿Quién conoce los pensamientos de Dios? ¿Quién lo aconsejó?... Esa es la reflexión que Pablo se hace al escribirles a los Romanos… Dios se encuentra mas allá de los conceptos que podamos darnos de Él, más allá de lo que imaginamos con nuestros sentidos y deseos. A Dios no hay que comprenderlo, mas bien aprenderlo y seguirlo. ¿Cuantas veces nos acercamos al Misterio de Dios con el mismo respeto que Pablo lo hace acá?
¿Qué dice la gente sobre el Hijo del Hombre? es una pregunta que muchos a lo largo de estos dos mil años se han hecho… y esa pregunta sobre la existencia de este Hijo del Hombre no se agotará jamás. Jesús se la planteó a sus discípulos y Pedro responde magistralmente… “Tu eres el Mesías, el Hijo del Dios Vivo”. Ya con esa respuesta Jesús lo declara feliz por saberlo y reconocerlo. Y esa respuesta de Pedro es la que además le da las llaves de la confianza del Señor para ponerlo al frente de su Iglesia. Tres momentos importantes en esta línea: ¿Quién soy yo?... El Mesías… Feliz de ti… eres Pedro y sobre ti edificaré mi iglesia… Dios se revela… el hombre lo descubre… realiza su misión…
Reflexión:
- La confianza de Dios entregada al hombre: En los insondables misterios de Dios, Él nos hace invitaciones hermosas, y además se fía de nuestros talentos para lograr acercarse cada vez más a nuestros corazones. Se confía del mayordomo, se confía de Pedro, aún sabiendo que podrían fallarle… La confianza que Dios nos entrega, las oportunidades que nos da, nos debe hacer pensar en lo que hemos hecho con el amor y confianza que henos recibido del Señor.
- Misterio de Dios en el mundo: Otro punto importante hoy en las lecturas, es el tema del misterio de Dios… su sabiduría, su modo de proceder, sus caminos para escoger… ¿cómo entenderlo?, ¿cómo comprenderlo? Nuestra razón no alcanzarán jamás una respuesta exacta frente a esto. No es imposible conocerlo, eso podemos hacerlo, lo que no podemos es entender siempre lo que nos pide.

Pidamos a Dios que siempre sepamos reconocerlo como Hijo de Dios, como Mesías y así acercarnos cada día mas a su Misterio… agradezcamos su confianza y amor, y no nos alejemos de Él jamás. Amén.

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