sábado, julio 12, 2008

Palabra de Dios y sus frutos

15º Domingo del tiempo ordinario

13.07.08

Lecturas

Is. 55, 10 – 11

Sal. 64

Rom. 8, 18 – 23

Mt. 13, 1 – 23

Estamos viviendo el 15º domingo del tiempo ordinario, y las lecturas de este fin de semana, sin duda quieren llevarnos a pensar en la importancia de la Palabra. En ellas hoy se nos muestra que ella es como una semilla, que brota cuando cae en buen terreno, o la lluvia, que no vuelve al cielo sin antes haber fecundado la tierra para dar fruto. El sufrimiento del que Pablo nos habla, también aportan a que esta Palabra crezca como debe ser.

La imagen agrícola de la lectura del profeta Isaías nos ayuda para entender la dinámica de la Palabra de Dios que no vuelve a Él vacía, sino que es capaz de fecundar la tierra, la empapa y la hace germinar para dar semilla al sembrador… es bella y muy clara la imagen, porque el texto no pretende sino demostrarnos que sin ella, el hombre nada puede hacer, y se seca su vida y semilla. Ya para los profetas, el predicar la Palabra de Dios se les hacía difícil porque no encontraban buena tierra para que germinara la semilla, aunque ellos derramaban el agua de Dios… Por ello, hoy el llamado es a no perder esa agua que Dios derrama, que hará germinar la semilla tarde o temprano en el campo de Dios.

Pablo en la carta a los Romanos les hace hincapié en el sentido y valor del sufrimiento, que está en el mundo producto del pecado y vanidad del hombre que lo ha introducido. Pero falta aún que sea purificado para que se complete todo el mundo del pecado.

El Evangelio de Mateo nos ofrece un capítulo 13 nos habla sobre parábolas y los frutos que deben producir las parábolas (palabras) que Él enseña. Hoy, leemos la del sembrador, que sale a esparcir semillas y éstas caen en distintos lugares (borde del camino, entre piedras, espinas y tierra). Dependiendo de los lugares en donde la semilla ha caído, será la suerte de esa semilla. La enseñanza de la Parábola es clara, Jesús mismo la explica, y solo queda agregar a esto que necesitamos ser buena tierra, para que demos frutos duraderos, como debe ser.

Aprendizaje de la Palabra:

- Dios nos da su Palabra eficaz: Sabemos que la Palabra de Dios es viva y eficaz, y que tiene poder por si misma… de eso se encarga hoy de enseñarnos la primera lectura; pero necesitamos tomar esa conciencia para que su eficacia brille en todo su esplendor. No podemos dejar que la Palabra pierda su eficacia por nuestra ineptitud frente a ella. No matemos ni ahoguemos la Palabra de Dios.

- ¿Qué superficie soy para recibir la semilla?: La pregunta brota sola al leer y escuchar la parábola. ¿cómo recepciono yo la Palabra?, ¿En qué lugar de mi vida cae al ser derramada en la Eucaristía?, ¿Qué ocurre con ella? El tema da para largo. No dejemos de dar una respuesta clara.

Bien, pidamos a Dios poder ser buena tierra, para que su Palabra nos haga producir frutos de vida eterna. Amén.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que mas quisiera yo que ser siempre esa tierra fertil. Trato de acogerla con un corazon abierto, dispuesto, para que penetre en lo mas profundo de mi ser y produzca el fruto necesario para alimentar mi alma y llevar una vida a la "pinta" de Dios, ¡como El quiere!, sobretodo que EL QUIERE MI BIEN, MI SALVACION, MI FELICIDAD ETERNA, pero...soy debil y El lo sabe y justamente en su Palabra esta mi fortaleza.

Telefono Azul dijo...

Su Palabra es Vida en Abundancia para mi día a día, sin Ella, prácticamente, no puedo vivir, es como "aguita de rocío", también me alimenta, me guía, me consuela.............
Pasaría todo el día escribiendo y me faltaría tiempo, por eso me voy a limitar diciendo que:

Sin Su Palabra mi día está incompleto.

Muchos saludos y gracias Padre Cristian.