viernes, noviembre 10, 2006

Homilía

32º domingo del tiempo ordinario
12.11.06

Lecturas
1 Re. 17, 8 – 16
Sal. 145
Heb. 9, 24 – 28
Mc. 12, 38 – 44

Fin de semana penúltimo del tiempo ordinario, ya se acerca la Fiesta de Cristo Rey, y el tiempo del Adviento. Además, durante este tiempo caminamos de la mano de la Virgen Madre durante este mes dedicado a su honor en nuestra Iglesia chilena.
Las lecturas de este fin de semana nos muestran cómo el abandono en Dios es recompensado, cómo el hecho de poseer lo mínimo materialmente no es obstáculo para compartir, al punto de entregar incluso aquello que se tiene para vivir. El ejemplo de las viudas mencionadas en las lecturas, se transforma en modelo de discípulo a seguir. Además, el evangelio nos llevará a rozar con el tema del culto sincero y verdadero a Dios. Miremos las lecturas.
La primera lectura del primer libro de los Reyes, nos relata un pasaje de la vida del profeta Eliseo, en que se encuentra con una viuda que está pasando muchas dificultades. El profeta le pide ayuda (agua y algo de comer), la viuda le proporciona esa ayuda y el Señor hace el milagro… la viuda, que estaba a punto de morir de hambre, se ve bendecida por la Palabra de Dios que el profeta le ha entregado, de que no le faltará para comer. El milagro acá se manifiesta para afirmar la presencia del Señor donde hay un corazón generoso.
La segunda lectura, tomada – como las últimas semanas – del libro de los Hebreos, nos sigue mostrando la superioridad del sacerdocio de Jesús por el de los levitas. Hoy, la comparación apunta al rito de los sacerdotes de la antigua alianza de entrar una vez al año al templo para ofrecer sacrificios y ofrendas por los pecados propios y los del pueblo; nos dice que Jesús entró una vez para abolir así el pecado mediante su sacrificio. Así, el sacrificio de Cristo Jesús se ha hecho de una vez para siempre.
El Evangelio de este fin de semana, tomado como ha sido todo este año del Evangelista Marcos, también nos habla de una viuda, al igual que la primera lectura. En el texto hoy vemos a Jesús, hablando sobre la necesidad de cuidarse de la levadura de los fariseos, que se muestran ostentosos y ávaros; y en ese contexto, se pone a contemplar a quienes van al templo a dejar sus ofrendas y limosnas. Observa que pasa la gente, dejando como limosna aquello que tienen, y al pasar una viuda pobre, deja allí una moneda que era su capital. En porcentaje, esta mujer ha dejado más, y en el fondo, se ha desprendido y abandonado a la mano de Dios. Jesús inmediatamente destaca el ejemplo de esta mujer, diciendo que ha sido ella la que se ha desprendido más que todos los que han pasado por allí. La lectura busca contraponer dos posturas frente a la forma de enfrentar y ver el mundo: los fariseos, y una viuda.

Aprendizaje de la Palabra:
- La palabra del Señor que sostiene la vida: La lectura del libro de Reyes, quiere mostrarnos que Dios actúa en la vida, en medio de las dificultades. Para esto, se requiere claro está hacer un voto de confianza en Dios a través de la fe. Si la viuda de Sarepta no se hubiese abandonado a la Palabra que el profeta Eliseo le ofrecía, talvez su camino habría sido otro.
- El ejemplo de la viuda: Esta es talvez la enseñanza más clara que aparecen durante este fin de semana en las lecturas. La pobreza se ha disfrazado en una mujer que en realidad sabe vivir como si lo tuviera todo. Esa es la clave de la pobreza, vivir solo el día a día, despreocupado por las cosas materiales. Hoy, no son pocos los que se desviven por lo que tienen, por lo que quisieran tener, por lo que no tienen… cuánta esclavitud hay en ellos, cuántos desvelos inútiles y vacíos; estas personas que viven así se parecen más a los fariseos que a la viuda claramente. El contraste entre esta mujer y los fariseos en el texto viene de la mano de desenmascarar la avaricia de los últimos, dejando como verdadero ejemplo de vida a una mujer. El contexto del texto, es el templo, por lo que la mujer – en comparación con los fariseos – es capaz de dar un culto verdadero, puro y desprendido a Dios. A eso apuntamos también hoy.
- El ejemplo de la Solidaridad: Otra de las cosas que aparece fuerte en las lecturas, es el tema de la solidaridad. Y eso debe comenzar por nuestro alrededor. Leyendo la Encuesta Nacional Bicentenario, entregada por Adimark y la UC, aparece un punto inquietante que confirma el Evangelio, al menos en los chilenos. Es el hecho de que quienes más tienen económicamente son los que menos de acuerdo aparecen con la idea de ayudar a sus padres cuando éstos están impedidos de mantenerse[1] por si solos. Es un dato estadístico, pero que confirma que la avaricia es un pecado actual. Por eso debemos crecer en aristas relacionados con la solidaridad.

Pidamos al Señor aprender a mirar nuestra vida con desprendimiento, a no entregar el corazón a los bienes materiales, a ser solidarios de verdad. Amén.
[1] Cf. Encuesta Nacional Bicentenario, UC – Adimark, 2006; III.- Familia y hogar, página 36. (ABC1, 52,1%; E, 76,2 %).

3 comentarios:

Semilla dijo...

Hola! Hoy en dia es muy dificil esto de abandonarse, o tal vez a mi me cuesta más que a otros...
Me impresiona la Viuda que entrega lo que necesita para comer...
Pero (aprovecho de hacer reclame), me ha impresionado más la vivencia que cuenta mi hermana del alma, Carolina, en http://evenushalomalehem.blogspot.com/2006/11/tiempos-de-cambio.html
Tal vez solo sea porque es mi amiga
CARIÑOS

Semilla dijo...

¡Hola! Es difícil en estos días eso de abandonarse, o tal vez a mi me resulta más difícil que a los demás. Me impresionan mucho estas viudas que con tanta fe lo dan todo... creen firmemente en el Señor, con una fe a prueba de TODO. Pero me han impresionado mucho también las palabras que mi amiga del alma, Carolina publicó en su blog (aprovecho de hacer reclame) AQUÏ
http://evenushalomalehem.blogspot.com/2006/11/tiempos-de-cambio.html
CARIÑOS

Cristian dijo...

Gracias semilla por tu sensibilidad para con la Palabra de Dios. Bendiciones.