sábado, julio 07, 2007

Renovados por Dios

Lecturas
Is. 66, 10 – 14
Sal. 65
Gal. 6, 14 – 18
Lc. 10, 1 – 12. 17 – 20

Al avanzar en el tiempo ordinario, nos topamos con lecturas como las de hoy, que quieren ofrecer un espacio de consuelo y esperanza para la comunidad. Dios es el gran restaurador de la humanidad, de todo el hombre, que necesita ser redimido. Y nosotros, como comunidad cristiana escuchamos ese llamado de restauración y consuelo aprendiendo a refugiarnos en Jesús Señor de nuestras vidas.
Isaías, el profeta que nos acompaña en esta primera lectura, quiere mostrarnos al final de su texto que Dios es quien regala la restauración y la paz para sus hijos. El contexto del texto parece apuntar a la restauración del templo de Jerusalén, en donde todos llegarán a construir luego del destierro un nuevo lugar donde habitar en paz y tranquilidad. La mano del Señor alcanzará esa restauración. ¿Quién fecunda la vida del hombre? Solamente el Señor que restaura.
Pablo hace alarde de una sola cosa en su vida: de gloriarse en el Señor, nada más. Y habla también de restauración, sin utilizar abiertamente el término: el dice “lo que importa es ser una nueva criatura”… o sea, dejarse restaurar por Dios, tal cual como el Señor les proponía a Israel en la antigüedad. Pablo encuentra en Jesús y en su cruz esa restauración que le hace vivir como el Crucificado.
El Evangelio de Lucas nos habla de una misión, en la que el Señor envía a 72 de sus discípulos para anunciar con gestos el Reino del Señor a través de las palabras y las sanaciones de quienes lo necesitan. El texto es lleno de muchas medidas, entre ellas el rogar antes que nada que no falten operarios para ese trabajo… luego realizar la labor evangelizadora. El texto tiene también muchos símbolos, como el número 72, que indica la totalidad de las naciones paganas mencionadas en el Génesis 10, lo que indica universalidad de la misión; y el número dos, en el que van los discípulos es para dar peso a la misión. La vuelta de los discípulos, contentos por los resultados, refleja precisamente la llegada de una nueva etapa en la salvación del hombre, que Jesús consumará en la Cruz; sin embargo, el Señor les advierte con respecto al riesgo al que están expuestos, porque el demonio aparece fuertemente tras los discípulos: hay que alegrarse, pero no porque los demonios se sometan y los sencillos acepten el Reino, sino porque sus nombres están inscritos en el Cielo; eso es el verdadero motivo de alegría. Lo que importa es participar de las exigencias del Reino y vivir renovados en ellas. (los que tienen sus nombres inscritos en el cielo, según Ex. 32, 32 ss. Son los que cumplen la voluntad de Dios).

Aprendizaje de la palabra:
- Protegidos por Dios: Así lo expresan las lecturas hoy. Si miramos a Isaías, el texto nos habla como si se tratara de una madre que protege a sus hijos, que los consuela y llena de caricias. ¡Qué misterio el de Dios que nos cuida! Nunca podremos comprenderlo del todo, ni vivir para agradecer tantos cuidados. Si Israel se dejó consolar por el Señor al regresar del destierro, hoy nosotros también somos invitados a vivir la misma experiencia de recogimiento y cariño. Abandonémonos a esas palabras.
- Nuevas criaturas en el Señor: Pablo hoy nos muestra la clave de la renovación en el Señor, que va más allá de la misión y de nuestras fuerzas… se trata de un nacimiento nuevo, de la restauración, como se hablaba en Isaías, de la llegada del Reino, como se proclama en el Evangelio en la misión. La misión arroja como resultado la transformación de la vida, el ser nuevas criaturas.
- Verdadera alegría del discípulo: Hoy el Evangelio nos ha hablado de estar alegres luego de la misión, pero no por el resultado de la misma, sino más bien por tener ese contacto profundo con Dios. Allí radica la verdadera alegría del cristiano, no tenemos otros motivos para estar más alegres que el simple hecho de conocer al Señor. Pablo lo entendió bien: “Yo solo me gloriaré en la cruz del Señor”, o sea, esa es la verdadera alegría, ser discípulo.

Vamos a pedir este fin de semana el don de ser felices como discípulos del Señor, el ser renovados en el espíritu, el caminar sabiendo que la bendición de Dios nos acompaña cuando cumplimos su voluntad. Pidamos también estos dones para quienes nos rodean. Amén.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Padre Cristian:
Me alegra y tranquiliza el saber que se esta recuperando bien. En relacion a la homilia, gracias por ella,ese don de la felicidad que trae el ser un buen discipulo, SE LO PIDO DIARIAMENTE AL SEÑOR, si no estuviera segura de que El camina a mi lado apoyandome, guiandome ybendiciendome, me costaria mucho seguir y vivir con alegria. Si no tuviera esa certeza estarìa reventada. A mi me cambio la vida cuando tome conciencia real de Su amor y siempre le pido que mi felicidad sea hacer Su voluntad. Cuando me dejo llevar por hacer la mia, el suelazo es muy fuerte. Basta con los suelazos fisicos que me pego, para agregar los del alma que eso si causan dolor. En todo caso el testimonio vivencial es el mejor medio, junto con pedirlo, para los que nos roden valoren tambien la bendicion de Dios y hacer Su voluntad. Cariños. Que Dios lo bendiga. Maria laura.

ingrid_k48 dijo...

Padre, que bueno que ya esta de regreso y le entrego mi interpretación de lo que su homilía y las lecturas me dicen. Siempre he pensado, que quienes aman intensamente, son capaces de tolerar, de comprender de dialogar, llegar a un encuentro común en ciertas actitudes, vivencias, o desencuentros en ciertos temas, solo con amor se llega a eso. ¿Pero el amor quien lo creo?,¿quien lo transmitió?, ¿quien lo vivió? , solo nuestro Señor Jesucristo, esta demás decir que hizo El por amor, porque quienes nos reunimos aquí, sabemos lo que hizo El por amor, fue el creador del Amor, no los poetas, ni los escritores de novelas rosa. Y quienes con fe viven el amor, quienes sin condiciones viven el amor, podemos decir que han sido renovados por Dios, Viven íntegramente lo que el Señor nos enseña, a través del amor se puede redimir la humanidad, desde evitar guerras, hasta conflictos familiares, porque el Señor nos enseño el poder de estas cuatro letras. Y como dijo el Papa Juan Pablo II “El amor es más fuerte”, Pablo dice dejarse restaurar por Dios, por supuesto, dentro de todo lo que significa la redención. Como ejemplo Jesús en la Cruz, veo la redención en su magnificencia, pero por sobre todo AMOR PURO. Y cuando caminamos junto al Señor, podemos darnos cuenta que el nos redime, esta ahí, y nosotros a cambio le entregamos un buen discipulado, entregando su herencia de amor y redención a otros, creo que ahí empieza la verdadera felicidad. No sé es mi manera de interpretar la homilía, tal vez este equivocada, pero me encanta poder saber si la he interpretado bien, . Gracias Padre, estoy en la Biblia, buscando las lecturas para leerlas nuevamente, porque cada momento que las leo, me dicen algo más.Bendiciones Padre .

Anónimo dijo...

Hermosa homilia, gracias por ella.

JORGE dijo...

Hola,

He estado visitando varias páginas católicas, y la suya ¡Es una bendición!

Les comento que en familia (junto con otras familias), participamos en la
producción de "Travesía por la Vida', un programa de radio, ahora en
internet, en defensa de la vida y la familia.

Lo pueden escuchar en el enlace siguiente:

http://www.espapod.com/CEPROFAREN

Pongo a su disposición el material que se encuentra allí para que hagan
uso de él en forma total o parcial, hay secciones largas y cortas de
diferentes temas relacionados a la vida y la familia.

Son archivos de sonido del programa en vivo, que sale los días miércoles a
las 9 p.m. (hora de Lima) a través de Radio María (560 AM) y se puede
sintonizar en vivo por internet en el enlace siguiente:

http://www.radiomaria.org/media/peru.asx

Bendiciones y gracias por el aliento que significa entrar a internet, y
encontrar su hermosa página.

JORGE