sábado, enero 19, 2008

Ser siervo y apóstol

2º Domingo del Tiempo Ordinario
20.01.08


Lecturas
Is. 49, 3 – 6
Sal. 39
1 Cor. 1, 1 – 3
Jn. 1, 29 – 34

El inicio del tiempo ordinario nos toma en continuidad con la idea de que Cristo es la salvación para quienes le han reconocido y seguido como verdaderos discípulos. La idea en el fondo es mirar al Señor, reconocerle como Luz para nuestra vida, como quien se ha mostrado salvador y llamando a una tarea concreta: proclamarlo.
Isaías, el autor de la primera lectura, nos presenta hoy una reflexión en donde un servidor (Israel), hace referencia a la gran misericordia que Dios ha tenido al llamarle, y que, a pesar de quejarse, el Señor le fortalece siempre, invitándole a ser luz de las naciones. Este es otro de los cánticos del Siervo de Yaveh, del cual la semana pasada leíamos uno también. Es un llamado cierto a seguirlo, a saberse elegido como un instrumento de Dios para llevar la salvación a muchos otros.
El inicio de la primera carta de Pablo a los Corintios es un saludo, en donde el apóstol se identifica claramente como un apóstol de Jesucristo, deseando la gracia del Señor a los que leerán en esta carta como destinatarios. Apóstol es una palabra griega que significa enviado, por tanto, Pablo sabe cuál es su misión, y a eso se dedica.
El evangelio de San Juan pareciera ser continuo con el Evangelio de la semana pasada, cuando celebrábamos la Fiesta del Bautismo del Señor. Hoy, el texto nos muestra a Juan Bautista, dando testimonio de Aquel que ha bautizado, y sobre quién ha visto posarse el Espíritu Santo. Juan, no hay duda que asume eso de ser siervo y apóstol, y que sabe perfectamente cuál es su rol en este plan de Dios: ser un puente, que ayuda a conectar al hombre y Dios, aquel que señala al Cordero de Dios, aquel que es el Salvador de la humanidad.
Aprendizaje de la Palabra:
- Ser siervo y apóstol: Si hay algunos conceptos que aparecen con fuerza este fin de semana, son estos dos; por ello necesitamos saber que significan. Ser siervo es entregar la voluntad a otro, para hacer aquello que se nos encomienda; ser apóstol, es ser enviado, con un mensaje ajeno, a otros que lo necesitan. A eso debe aspirar un católico verdadero.
- Reconocer nuestra misión: Como discípulos cada uno de nosotros tiene una misión frente a la construcción del Reino. A ello nos abocamos al iniciar este tiempo ordinario. Las palabras de hoy, y la misión de Pablo, el siervo de Isaías y Juan Bautista, reafirman esta realidad para nosotros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Padre Cristian:
Reafirmar y tomar conciencia del significado de ser siervo y apostol, serà mi trabajo personal en esta semana, conceptos tan bien aclarados en esta homilia.
Gracias por ella y por esta hermosa y significativa fotografia, que hace tiempo esperaba ver en este blog.
¿puede ponerla en el blog de fotos para poder guardarla, junto a otros recuerdos suyo que con mucho cariño guardo?
Dios lo bendiga mucho.

Susana Vera-Cruz dijo...

Hola Cristian o Padre Cristian , en relidad no sé cómo llamarte o llamarle.
Bueno, pero lo importante de todo es que, creo que bloggs como éste, sobre todo para los que creemos en Dios, en Jesús, María y los Santos, nos anima y nos llena más el alma de su presencia , día a día.
Considero que ser siervo y apóstol, es una tarea hermosísima, pero de mucha entrega, responsabilidad, sacrificio y sobre todo , mucha fe, para llevar la palabra de nuestro Señor a quién lo necesita y de ayudar al más desamparado, no sólo de cosas materiales que en definitiva no es lo que importa , si no desamparados de fe.
Gracias Cristian por las palabras derramadas en tu blog,pues son enormemente necesarias, aún más para los que están alejados de Dios y más aún, para los que aún no lo encuentran o no creen en él, ya que todos tenemos su amor incondicional y sin distinción.
Te dejo o le dejo muchísimos cariños y un gran abrazo.
Hermoso blog!!